Las 5S

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jueves, 29 de septiembre de 2011

LA EDUCACIÓN VENEZOLANA Y LOS RETOS ANTE LA POSMODERNIDAD

Hablar de la Educación en Venezuela, no es un asunto que se pueda discutir con facilidad, debido a la gran variedad temática y al cumulo de aportes que existen sobre esta, por tal motivo en el presente escrito se hace referencia al proyecto educativo venezolano y los retos ante la posmodernidad.
Se puede decir, que los retos son desafíos o amenazas que incitan a la acción, los mismos son motivadores de respuestas inmediatas, de soluciones rápidas y acertadas que impidan la prolongación de situaciones indeseadas. Por su parte, la posmodernidad, plantea un cambio y renovación, que hace girar la mirada hacia la Modernidad y le permite ver al hombre, no como un instrumento y menos herramienta del progreso, sino como a un ser humano que posee emociones, pensamientos, creencias y sentido de trascendencia, siendo este principal componente de su progreso.
De esta manera, la educación ha sido en el transcurso de este siglo y lo seguirá siendo en el futuro, uno de los instrumentos más importantes con los que ha contado la sociedad moderna para luchar contra las desigualdades, hacer frente a los fenómenos y procesos de exclusión social, además de establecer, ampliar, profundizar los valores cívicos y democráticos, para impulsar el desarrollo económico y cultural promoviendo el desarrollo personal y mejorando la calidad de vida de todos sus miembros.
Asimismo, los escenarios educativos para Venezuela en el siglo XXI, indudablemente orientan las ideas hacia nuevos paradigmas, donde la tecnología y el docente juegan un rol fundamental. En este contexto, es válido afirmar que el conocimiento y la tecnología serán las herramientas de las cuales dispondrá el docente para crear un escenario dinámico de aprendizaje que permita a los estudiantes integrarse a un mundo competitivo y exigente.
Es allí, donde la figura del docente, marca el rumbo de manera inevitable, en la calidad educativa, su ejemplo podrá sentar las bases reales, para que se orienten los procesos desde cualquier ámbito educativo. De tal manera, que las instituciones de formación de docentes en la Venezuela del siglo XXI deben afrontar la búsqueda de soluciones a variados retos. Por un lado, se encuentran los derivados de los avances de la ciencia y la tecnología, cuyas consecuencias afectan a la educación en todas sus modalidades y en todas partes, otros están asociados a la calidad y equidad del sistema escolar venezolano en los últimos años, otros provienen de la evolución y características de la formación de docentes en nuestro país y su dependencia cultural.
En este sentido, después de la familia, los adultos más cercanos a los niños y jóvenes, son los docentes, las personas con grandes posibilidades de influir sobre la formación de las nuevas generaciones, sus hábitos, sus modos de pensar y actuar. La docencia, no es sólo una profesión para transmitir la cultura heredada, es ante todo una actividad que apunta hacia el futuro y la cultura por construir, en consecuencia su meta es la transformación de lo existente en mejores formas de vida.
En consecuencia, la sociedad del conocimiento proclama como prioridad el saber sobre el capital, la riqueza de un país depende cada vez menos de sus materias primas y cada vez más de su capacidad para producir y utilizar conocimientos, es decir, cada vez más de la preparación de la gente, la que tiende a hacerse permanente debido a la renovación constante de los saberes. Hoy sabemos, que la transformación del sistema escolar, para dejar atrás los viejos esquemas, requiere de cambios organizativos, o tecnologías sociales y no sólo de las llamadas nuevas tecnologías. Los cambios en la organización generan cambios culturales, los cuales modifican las formas de relación entre los integrantes de una organización, para nuevas tecnologías logrando así un gran apoyo.
Por su parte, el rol de las instituciones de educación superior no puede continuar por el estrecho sendero de las asignaturas, los créditos y las prelaciones para el otorgamiento de títulos y licencias, de puente entre el estudio y el ingreso al trabajo, su función está en el desarrollo del compromiso ético de los educadores con su grupo de origen y con el cambio y la transformación de la escuela oficial.
En ese sentido, no se trata sólo de cambiar el diseño curricular, sino también de encontrar el modelo de organización y funcionamiento apropiado para incidir sobre el mejoramiento constante de la educación de niños y jóvenes. Una organización que forme parte del curriculum, preparando a los futuros docentes en el conocimiento de los problemas de la educación en Venezuela, de las necesidades de niños y jóvenes, de los derechos legales que los asisten, de la importancia de los gremios no sólo para reclamar salarios sino para defender el derecho a la educación, que prepare a los docentes con visión de largo plazo. Una institución que no sólo viva de la educación sino que viva para la educación y enseñe a vivir para ella.
En conclusión, uno de los retos que se nos plantea, no es el de la sustitución de los docentes por las máquinas sino el de cómo utilizar las tecnologías, sobre todo la informática, para preparar mejor a los docentes, para incorporar los excluidos a los beneficios de la escolaridad, para incrementar y ampliar las oportunidades de acceso a la cultura, para ofrecer una educación de alta calidad a los más pobres, para conocer mejor las necesidades y aspiraciones de las mayorías empobrecidas y dar respuestas acertadas y oportunas a sus problemas. Los medios y las herramientas existen, falta acordar los fines y las prioridades, para ello se requiere modificar las formas de pensar y actuar con respecto a la educación y la enseñanza, así como la relación entre los actores, se requiere cohesionar las voluntades alrededor de un asunto de interés para todos los sectores de la sociedad.